domingo, 31 de mayo de 2009

El cuento: La Bella y la Bestia



Èrase una vez... un mercader que, antes de partir para un largo viaje de negocios, llamó a sus tres hijas para preguntarles qué querían que les trajera a cada una como regalo. La primera pidió un vestido de brocado, la segunda un collar de perlas y la tercera, que se llamaba Bella y era la más gentil, le dijo a su padre: "Me bastará una rosa cortada con tus manos." El mercader partió y, una vez ultimados sus asuntos, se dispuso a volver cuando una tormenta le pilló desprevenido. El viento soplaba gélido y su caballo avanzaba fatigosamente. Muerto de cansancio y de frío, el mercader de improviso vió brillar una luz en medio del bosque. Amedida que se acercaba a ella, se dio cuenta que estaba llegando a un castillo iluminado. "Confío en que puedan ofrecerme hospitalidad", dijo para sí esperanzado. Pero al llegar junto a la entrada, se dio cuenta de que la puerta estaba entreabierta y, por más que llamó, nadie acudió a recibirlo. Entró decidido y siguió llamando. En el salón principal había una mesa iluminada con dos candelabros y llena de ricos manjares dispuestos para la cena. El mercader, tras meditarlo durante un rato, decidió sentarse a la mesa; con el hambre que tenía consumió en breve tiempo una suculenta cena. Después, todavía intrigado, subió al piso superior. A uno y otro lado de un pasillo larguísimo, asomaban salones y habitaciones maravillosos. En la primera de estas habitaciones chisporroteaba alegremente una lumbre y había una cama mullida que invitaba al descanso. Era tarde y el mercader se dejó tentar; se echó sobre la cama y quedó dormido profundamente. Al despertar por la mañana, una mano desconocida había depositado a su lado una bandeja de plata con una cafetera humeante y fruta. El mercader desayunó y, despues de asearse un poco, bajó para darle las gracias a quien generosamente lo había hospedado. Pero al igual que la noche anterior, no encontró a nadie y, agitando la cabeza ante tan extraña situación, se dirigió al jardín en busca de su caballo que había dejado atado a un árbol, cuando un hermoso rosal atrajo su atención. Se acordó entonces de la promesa hecha a Bella, e inclinándose cortó una rosa. Inesperadamente, de entre la espesura del rosal, apareció una bestia horrenda que iba vestida con un bellísimo atuendo; con voz profunda y terrible le amenazó: " ¡Desagradecido! Te he dado hospitalidad, has comido en mi mesa y dormido en mi cama y, en señal de agradecimiento, ¿vas y robas mis rosas preferidas? ¡Te mataré por tu falta de consideración!" El mercader, aterrorizado, se arrodilló temblando ante la fiera: ¡Perdóname!¡Perdóname la vida! Haré lo que me pidas! ¡La rosa era para mi hija Bella, a la que prometí llevarsela de mi viaje!" La bestia retiró su garra del desventurado. " Te dejaré marchar con la condición de que me traigas a tu hija." El mercader, asustado, prometió obedecerle y cumplir su orden. Cuando el mercader llegó a casa llorando, fue recibido por sus tres hijas, pero despues de haberles contado su terrorífica aventura, Bella lo tranquilizó diciendo: " Padre mio, haré cualquier cosa por tí. No debes preocuparte, podrás mantener tu promesa y salvar así la vida! ¡Acompáñame hasta el castillo y me quedaré en tu lugar!" El padre abrazó a su hija: "Nunca he dudado de tu amor por mí. De momento te doy las gracias por haberme salvado la vida. Esperemos que despues..." De esta manera, Bella llegóal castillo y la Bestia la acogió de forma inesperada: fue extrañamente gentil con ella. Bella, que al principio había sentido miedo y horror al ver a la Bestia, poco a poco se dio cuenta de que, a medida que el tiempo transcurría, sentía menos repulsión. Le fue asignada la habitación más bonita del castillo y la muchacha pasaba horas y horas bordando cerca del fuego. La Bestia, sentada cerca de ella, la miraba en silencio durante largas veladas y, al cabo de cierto tiempo empezó a decirles palabras amables, hasta que Bella se apercibió sorprendida de que cada vez le gustaba más su conversación. Los días pasaban y sus confidencias iban en aumento, hasta que un día la Bestia osó pedirle a Bella que fuera su esposa. Bella, de momento sorprendida, no supo qué responder. Pero no deseó ofender a quien había sido tan gentil y, sobre todo, no podía olvidar que fue ella precisamente quien salvó con su sacrificio la vida de su padre. "¡No puedo aceptar!" empezó a decirle la muchacha con voz temblorosa,"Si tanto lo deseas..." "Entiendo, entiendo. No te guardaré rencor por tu negativa." La vida siguió como de costumbre y este incidente no tuvo mayores consecuencias. Hasta que un día la Bestia le regaló a Bella un bonito espejo de mágico poder. Mirándolo, Bella podía ver a lo lejos a sus seres más queridos. Al regalárselo, el monstruo le dijo: "De esta manera tu soledad no será tan penosa". Bella se pasaba horas mirando a sus familiares. Al cabo de un tiempo se sintió inquieta, y un día la Bestia la encontró derramando lágrimas cerca de su espejo mágico. "¿Qué sucede?" quiso saber el monstruo. "¡ Mi padre está muy enfermo, quizá muriendose! ¡Oh! Desearía tanto podderlo ver por última vez!" "¡Imposible! ¡Nunca dejarás este castillo!" gritó fuera de sí la Bestia, y se fue. Al poco rato volvió y con voz grave le dijo a Bella: "Si me prometes que a los siete días estarás de vuelta, te dejaré marchar para que puedas ver a tu padre." ¡Qué bueno eres conmigo! Has devuelto la felicidad a una hija devota." le agraceció Bella feliz. El padre, que estaba enfermo más que nada por el desasosiego de tener a su hija prisionera de la Bestia en su lugar, cuando la pudo abrazar, de golpe se sintió mejor, y poco a poco se fue recuperando. Los días transcurrían deprisa y el padre finalmente se levantó de la cama curado. Bella era feliz y se olvidó por completo de que los siete días habían pasado desde su promesa. Una noche se despertó sobresaltada por un sueño terrible. Había visto a la Bestia muriéndose, respirando con estertores en su agonía, y llamándola: "¡Vuelve! ¡Vuelve conmigo!" Fuese por mantener la promesa que había hecho, fuese por un extraño e inexplicable afecto que sentía por el monstruo, el caso es que decidió marchar inmediatamente. "¡Corre, corre caballito!" decía mientras fustigaba al corcel por miedo de no llegar a tiempo..Al llegar al castillo subió la escalera y llamó. Nadie respondió; todas las habitaciones estaban vacías. Bajó al jardín con el corazón encogido por un extraño presentimiento. La Bestia estaba allí, reclinada en un árbol, con los ojos cerrados, como muerta. Bella se abalanzó sobre el monstruo abrazandolo: "No te mueras! No te mueras! Me casaré contigo!" Tras esas palabras, aconteció un prodigio: el horrible hocico de la Bestia se convirtió en la figura de un hermoso joven. "¡Cuánto he esperado este momento! Una bruja maléfica me transformó en un monstruo y sólo el amor de una joven que aceptara casarse conmigo, tal cual era, podía devolverme mi apariencia normal. Se celebró la boda, y el joven príncipe quiso que, para conmemorar aquel día, se cultivasen en su honor sólo rosas en el jardín. He aquí porqué todavía hoy aquel castillo se llama "El Castillo de la Rosa".

Todo sobre el autor


Jeanne Marie Leprince de Beaumont (Ruán, 26 de abril de 1711 - Chavanod, 8 de septiembre de 1780) fue una escritora francesa, famosa por ser autora de la versión más difundida de el cuento de La bella y la bestia.

Biografía:


Trabajó como institutriz en la corte de Lorena donde desempeñó funciones de dama de compañía y de profesora de música, hasta que se casa con M. Beaumont. Comenzó a escribir desde muy joven, tras separarse de su marido (su matrimonio con Beaumont sería anulado), viajó a Londres donde fundó un periódico para jóvenes donde se trataban temas literarios y científicos y una escuela para niños. Escribió más de setenta libros: el primero fue una novela, El triunfo de la verdad (publicada en 1748), aunque se hizo célebre principalmente por sus libros de cuentos. En uno de ellos, El almacén de los niños (publicado en 1757) aparece su versión sobre La bella y la bestia. Se casó de nuevo y tuvo seis hijos. Regresó a Francia en 1776, concretamente a Saboya, donde pasó los últimos años de su vida.

Obras:


1748: El Triunfo de la verdad o Memorias de madame de La Villette (Novela)
1757: El almacén de los niños (Cuentos)
1760: El almacén de las señoritas adolescentes (Cuentos)
1768: El almacén de los pobres (Cuentos)

Análisis del titulo



El título de este cuento sencillamente nombra a los protagonistas de la historia.Estos protagonistas no tienen nombre propio, sino que el nombre se refiere a un prototipo de personaje:

_ Bella: es el personaje que representa la belleza exterior e interior de una persona

_Bestia: es el personaje que representa la fealdad exterior

El título compara los dos personajes y muestra claramente las dos opciones para que luego se pueda entender mejor lo que quiere decir el cuento: la belleza no está en el exterior sino en el interior.

Análisis del narrador




-El grado de sabiduría que muestra el narrador es: omnisciente, porque sabe todo lo que piensan y sienten los personajes, así lo demuestra en frases como: "dijo para sí"


-En el grado de participación el narrador está fuera de la historia porque cuenta la historia en tercera persona.


-El narrador es reflexivo porque se muestra consciente de que está narrando una historia: por eso empieza la narración con "érase una vez..."


-También el narrador es subjetivo porque valora moralmente los hechos y añade adjetivos y cualidades a las acciones como maravilloso, larguísimo, etc

Análisis de narratario



En este cuento el narratario es eludido porque no alude al narratario de ninguna manera.


Este cuento va dirigido a los niños, en especial aniños con un buen nivel de vida pues son los que más valoran las cosas superficiales y lo que se intenta enseñar en este cuento es lo contrario

Análisis de la estructura



Este texto está articulado en tres secuencias:


a)Introducción: en ella nos hablan de un hombre que se va de viaje y a la vuelta se refugia en un castillo, del que roba una rosa. El dueño, que es una bestia, le pide como compensación a su hija, bella.


b)Desarrollo: bella se queda a vivir en el castillo. Un día a trevés de un espejo mágico ve que su padre está enfermo y le pide a bestia poder ir a verle. Bestia le deja ir con la condicción de que vuelva en siete dias. Los dias pasan, su padre se pone mejor, pero bella se olvida que tiene que volver. (climax)


c)Desenlace: Al final Bella ve por el espejo que Bestia se está muriendo y regresa al castillo. Al volver le dice que está enamorada de él y que si que se quiere casar. Bestia se recupera rápidamente, se casan y bestia vuelve a su estado inicial: un principe.



-Explicación del esquema del climax:


El primer climax es cuando la bestia encuentra al padre robandole y le quiere matar y el anticlimax cuando bella se queda en el castillo.
El segundo climax es cuando Bella ve a su padre enfermo y Bestia no le deja ir y el anticlimax cuando por fin le deja ir si vuelve en siete dias.
El tercer climax (y el más importante) es cuando Bella se olvida de la promesa y Bestia está a punto de morirse y el anticlimax es cuando Bella vuelve al castillo, se casa con Bestia y éste se convierte en principe.

Análisis de los actantes




Para ver la imagen más grande pinchar encima.


Los actantes que aparecen en este cuento son: Bella, Bestia, la bruja, el padre de Bella, la rosa y el espejo mágico.


Explicación del esquema de actantes.


-Sujeto: es Bestia porque el desea el amor verdadero de Bella.
-Objeto: es el amor de Bella porque es lo que bestia desea.
-Ayudantes: lo que a Bestia le ayuda es el amor verdadero, su belleza interior y el espejo.
-Oponentes: se oponen su propio físico, la importancia del exterior y la bruja.
-Destinador: el amor de Bella lo posee, lógicamente, ella misma.
-Destinatario: ese amor va dirigido al hombre del que Bella se enamore.